Lo
que bien se aprende, nunca se olvida.
Como si fueran conductas y habilidades motrices básicas que
se aprenden y reproducen gracias al condicionamiento operante, la opinión
pública ha dictado, a través del estímulo respuesta lo que la sociedad debe
determinar como aceptado o rechazado.
Debido a los tiempos por los que la sociedad mexicana
atraviesa, no queda más que buscar en los teóricos la explicación que en los
medios electrónicos y la opinión pública nunca vamos a encontrar. Es así como
aparece una mente brillante, que a sus 84 años deja clara su postura sobre la
manipulación mediática, el relativismo cultural y los modelos de propaganda de
los medios de comunicación; me refiero al profesor Noam Chomsky.
Un lingüista de nuestros tiempos que analiza de manera
precisa los esquemas de manipulación que ejercen las altas esferas del poder
sobre la sociedad y que la mantienen en un “status quo” ideal para ellos.
Estamos, desde hace mucho tiempo en un momento de la vida
del país, que se ha prolongado a lo largo de los años, donde el relativismo
cultural (que identifica nuestro autor analizado) efectivamente deconstruye la
noción de verdad e invalida la posibilidad de la crítica; No es nuevo que
padezcamos crisis económicas por errores de diciembre o fraudes electorales
cada seis años y que las voces de la sociedad sean silenciadas por el molesto
zumbido de la televisión, quién a pesar de todos estos años de “evolución
intelectual” sigue marcando pautas de comportamiento.
Chomsky habla sobre la manipulación mediática e identifica
como primer punto la estrategia de la distracción; haga memoria y recuerde
cuántos partidos de futbol, telenovelas, programas de concurso, de canto, de
baile, de destreza ha visto usted a lo largo de estos años de crisis, y cuando
estos llegan a su fin, ¿le queda alguna satisfacción verdadera?
El segundo punto de propone el autor es crear problemas para
después ofrecer soluciones, práctica que los vecinos de arriba lo tienen bien
dominado con su ya gustada economía de guerra y su similar (mal montado por
cierto) intento de activación económica vía pandemia porcina a la mexicana.
La estrategia de la gradualidad como punto tres y que
vivimos día a día, señale usted con todo orgullo hacia el Tribunal Electoral
del Poder Judicial de la Federación. “Para hacer que se acepte una medida
inaceptable, basta aplicarla gradualmente por un periodo de tiempo determinado”
y así cuando menos la piense y sienta, la imposición cuaja.
Dolorosas y necesarias son las decisiones de nuestros
mandatarios, el aumento a la gasolina, al huevo, las devaluaciones, los
incrementos en los salarios a la alta esfera, la aparición de aquellos “nuevos
pesos”, pero todo, absolutamente todo es por el bien del gran pueblo de México.
Chomsky identifica esto como la estrategia de diferir.
El punto cinco reza: Dirigirse al público como criaturas de
poca edad… será por eso que somos un país joven, de muchos adolescentes.
Aquella imagen paternalista que señaló de manera precisa Santiago Ramírez en su
libro “El Mexicano, psicología de sus motivaciones” y que a su vez, esa figura
es tachada como padre irresponsable y golpeador, mientras que la madre,
abnegada y responsable, con palabras dulces saca adelante a sus hijos y forja
nación, de la que todos estamos orgullosos de pertenecer.
En la próxima entrega, el análisis a los puntos que faltan,
ha llegado la hora de ver al “teacher y la novela de las 10”.
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