jueves, 1 de noviembre de 2012

DE TEXTOS


Árbol que crece torcido, jamás su tronco endereza…

¿Será una carga genética que tenemos los hijos del águila que come serpiente? ¿Qué opinión flota en el ambiente cuando un grupo de magistrados jamás se dieron a la tarea de hacer su trabajo correctamente? Trabajo de escritorio cuando también debió ser de campo, actividades básicas que nunca se hicieron, preguntas superficiales para encontrar respuestas superficiales y sin fundamento pero válidas para ellos. El crimen no se consumó ahora, la democracia muerta ha estado desde 1812, en aquellas primeras elecciones que se llevaron a cabo en nuestro país se anularon por diversas anomalías, se dice que hubo carrusel y acarreados.

¿Recuerda cómo nos llegó el año 2000? cuando la sociedad pensó que habíamos logrado el cambio, en los spots ondeaba la bandera en un atardecer perfecto y en el inconsciente colectivo flotaba una sensación de satisfacción por haber sacado de Los Pinos al partido oficial…

Pero la ilusión de diluyó más rápido de lo que pensamos.
12 años después, como en aquel año 2000 el Presidente de la República levanta el brazo del campeón de manera prematura en señal de que todo está dicho, no hay nada más que hacer ni que pesar y conste que los ganadores en ambos casos no eran del partido en el poder.

El uso indebido de los recursos públicos, aquellos que de origen estuvieron destinado al desarrollo social y que fueron encausados a la campaña presidencial del ahora presidente electo, el apoyo mediático de la televisora con mayor penetración en las mentes de los coterráneos, el puritito espectáculo y el derroche de dinero público y privado, hacen que regrese ese malestar que cada seis años nos provocan las elecciones presidenciales.

50 millones de pesos mensuales de aquí a diciembre, es el presupuesto para el equipo de transición, días atrás, en pasarela sobre alfombra tricolor los orgullosos elegidos, no importa si de derecha o izquierda, si empresarios o ex trabajadores de la televisa del ojo que nos vigila se dieron cita en un lugar de la capital, porque recuerde, el que se mueve no sale en la foto. Y entonces, los incondicionales, la hija de sendas personalidades del partido que regresa a la residencia oficial, un ex panal, una otrora presidenta de partido de izquierda, el hijo de un ex presidente, Mercedes del Carmen, alias Paloma, dicho sea de paso, si su hermano tiene un alias, ella por qué no, la señorita “redes sociales” vía Televisa y otro puñado más de afortunados mexicanos que a fin de año, a fin de sexenio tiene un trabajo remunerado de acuerdo a las responsabilidades y capacidades de cada uno.

Mientras que en la otra realidad, seguimos copados por el crimen organizado, el desempleo, la mala educación que nos ofrece el sistema. ¿Qué nos queda? Aguantar, esperar, acudir a las marchas, participar en el apagón en honor al flamante Presidente electo, ver el futbol y las novelas, sonreír y trabajar, criticar, vivir nuestra realidad y reflexionar, o simplemente y como dijo mi dentista, que nos dejen trabajar y punto.

Está manera de vivir la política, la economía, el quehacer cotidiano, ¿será exclusivo de nuestro país? Conozco a un venezolano que ayer me dijo, “no estoy llorando, se me metió un fraude al ojo”…

Los partidos pueden cambiar, pero la clase política no, árbol que crece torcido…






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