¿En manos de quién dejará la educación de los
suyos?
Ahora que la Selección nos demostró que con
trabajo, constancia, determinación y entrega se puede llegar a lo más alto,
aunque que los medios electrónicos terminaron de manera prematura con el sueño
futbolero debido a la nueva ola de violencia que padecemos en el país,
regresemos a la realidad con el tema que poco a poco se pone de moda y no por
otra cosa sino porque en casa de muchos, la educación tendrá que ser resuelta a
la brevedad.
Si no cambió de institución de educación a su hijo
o usted mismo, en el caso que estudie; entonces se enfrentará a la ya tradicional
compra de útiles y uniformes, lo cual, sobrado esta comentarlo, es difícil de
afrontar.
Pero si tiene en mente cambiar de aires educativos
por los motivos que sean, entonces tenga cuidado con las instituciones de
dudosa procedencia.
La proliferación en la entidad de centros de enseñanza
casi clandestinos hacen que se abarate la educación y tengamos alumnos mal
preparados. Se ha fijado en los cruceros viales, en las vallas, en las paredes
de fincas abandonadas, encontrará carteles de oferta educativa desde los
niveles básicos hasta educación media superior que le prometen que en seis
meses, con un solo examen o con clases compactadas casi embarradas, acreditará
de manera garantizada y milagrosa la secundaria o el bachillerato.
¿Se imagina usted cómo llegarán estos educandos a
las instituciones de educación superior? Para que luego la Universidad tenga
que impartir cursos remediables para subsanar los daños colaterales de esa
educación.
Y no solo en dichas instituciones se padecerá la
falta de preparación formal, sino al momento de que esos individuos se
incorporen a la vida laboral y social. Qué le parece nuestra falta de educación
vial, derivada de la ausencia de lectura e interpretación de signos básicos,
partiendo de lo que propone Saussure de identificar un significado y un
significante, ¿será causa de una mala formación educativa?
O que tal el que amenaza con ser nuestro
presidente, si el hijo de Don Gilberto, ¿acaso le faltó dedicación, esfuerzo y
entrega a sus estudios? Lo que se ve no se juzga, pero ahora está muy
entusiasmado con la idea de estrenar una nave que lo lleve a conocer el mundo.
Cuando venga por acá lo invitaremos a viajar en nuestro transporte colectivo
capitalino.
Es imposible perder de vista que en nuestro País en
la educación como en el deporte el objetivo es el triunfo, crecerse y dominar
al rival, teniendo como premisa que el ganar lo es todo, cuando el compromiso
es llegar a la meta y reconocer el esfuerzo y trabajo realizado a lo largo de
la competencia.
Tal vez eso nos hace menos tolerantes y susceptible
al fracaso, por eso nos gana el impulso de pensar en la ley del menor esfuerzo
donde mejor no hago nada o para qué hago algo sino voy a ganar.
Tan valida es la medalla de oro en futbol que la de
plata en clavados y tiro con arco, aunque la cobertura mediática se enfoque al
deporte más popular y que más dividendos deja. Tan válido es el esfuerzo de
todos los atletas olímpicos como el de los docentes que luchan por sacar
adelante a sus pupilos sin importar que el reflector caiga sobre ellos.
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