El esperado último día
¿Bueno, qué les
pasa a los vecinos del norte? Toda la vida han estado medio dementes pero a últimas
fechas la sociedad norteamericana ha sido sacudida por una serie de eventos
desafortunados.
El cine en Aurora
Colorado, la escuela en Sandy Hook y apenas el 18 de diciembre en Weld Colorado
otro asesinato masivo. Su presidente se consterna y dice que tomarán cartas en
el asunto. ¿Qué cartas podría tomar?
La constante en
los citados casos es que los asesinos son personas jóvenes, que antes de
cometer las masacres no presentaban un perfil agresivo y que en la mayoría de
los eventos los agresores se suicidaron. Eso no quita que en las sociedades
locales, donde suceden los hechos, haya desconcierto y demanden una respuesta,
la cual la tienen ellos mismos, no se necesita ser experto en psiquiatría para
entender que en todos los casos los agresores presentaban trastornos mentales,
es obvia la conclusión. El verdadero problema es la facilidad que los norteamericanos
tienen para adquirir armamento sin ninguna restricción y de manera legal. Esto
ocasiona que en muchos hogares de los vecinos, además de latas de comida y
cerveza tengan armas de diversos calibres. Su argumento, la defensa, ¿de quién
se defienden? No se sabe, ¿ qué todos los habitantes de neverland son
esquizofrénicos?
El caso es que los
representantes del gobierno de las barras y las estrellas se pronuncian y dan
la cara antes los medios, con el fin si usted quiere, de mitigar un poco la
incertidumbre y empatizar con su pueblo.
En nuestro país,
donde la cifra de pérdidas humanas es increíblemente alta, pareciera que nos
hemos vacunado contra ese fenómeno haciéndonos más indiferentes. Después de
tres años de la tragedia en la guardería ABC seguimos y seguiremos igual. Como
sociedad nos consternamos, nos molestamos y en su momento exigimos justicia. ¿A
quién? A la clase política, a la sociedad civil ¿A quién?
Los
norteamericanos tienen identificados a los asesinos, aunque casi todos
suicidados, pero a fin de cuentas una figura responsable para presentar ante
los medios, y acá con nosotros, ni siquiera llegamos a eso y menos esperar a
que el señor presidente salga a dar una explicación y confortar a sus
gobernados.
19 días intensos
de acción y comunicación política por parte de la Presidencia de la República
nos ha hecho sentir que esto puede cambiar. Primera semana, Pacto por México;
resultados...
Segunda semana,
Reforma educativa; resultados, con todo y el aval de los tres partidos
políticos más fuertes de la nación, rechazada.
Tercera semana,
la estrategia de seguridad y el aumento al salario mínimo.
Cuarta semana,
fin del mundo y si queda algo después del 21 de diciembre seguirán las
vacaciones, las cuales servirán para reforzar la credibilidad y la confianza
que se quiere construir alrededor de la silla presidencial. Ojalá que así sea,
de lo contrario la sociedad comenzará a perder la esperanza en este nuevo ciclo
que acabamos de iniciar.
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