Condenas y aplausos
Definitivamente la sociedad está en constante movimiento,
nadie lo puede negar ni dudar y eso hace que la información fluya por muchos
medios y con muchos matices. Protagonistas en la política la cultura y el
deporte han llamado nuestra atención estos días.
Desde los habituales errores del hijo de Don Gilberto que
cambia los apellidos a las ya famosas Paola y Alejandra, ¿será venganza porque
a él alguna vez le cambiaron el nombre por Ernesto?
Se ha percatado uested como ahora todos somos expertos en
las disciplinas olímpicas y sabemos sobre clavados, tiro con arco, bádminton;
las dependencias encargadas del fomento y difusión del deporte en nuestro país,
deberían implementar un programa de capacitación para todo público, previo a la
gesta olímpica y así evitar vernos tan “Villamelones” ante los compañeros de
televisión.
Obviamente eso no le quita el mérito a las señoritas
Espinosa y Orozco como tampoco a Germán Sánchez e Iván García y mucho menos a los
Rieleros de Aguascalientes que ganaron su primer partido de playoff en esta
temporada. Los aplausos para todos ellos, que nos hacen sentir algo de
esperanza… O por lo menos nos distraen de todas las condenas que escuchamos.
Como las desatinadas declaraciones del Secretario Poiré
quien expresó su más enérgica condena por el ataque al periódico “El Norte” de
Monterrey N.L., y como tantas otras declaraciones de “condena” que ha hecho
nuestro señor Secretario con relación a hechos violentos en el país y fuera de
el. ¿Qué no se supone que él debería evitar casos como estos y no andar condenando
lo sucedido? La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP)”condenó” el ataque y
pidieron a la Secretaría de Gobernación se investigue el caso para que no quede
impune. Es el turno al bat del egresado de Harvard.
Condena la que deberíamos hacer con relación al hermoso
Boieng 787 de tan solo 9 mil 750 millones de pesos, casi lo que tiene destinado
el gobierno del Estado a su Presupuesto General de Egresos, que será pintado
como avión presidencial, pero bueno, retiramos la condena si nos dejan pasear
en el.
Aplausos, para que los escuche ahora y no cuando sea
demasiado tarde, Chabela Vargas. Al que ya no podremos aplaudir en vida es a
Gore Vidal, escritor norteamericano que dejo huella por plasmar los cambios
políticos en su nación.
Aplausos para los que están trabajando en restaurar Casa
Terán “Centro de animación Cultural”, es necesario contar y sumar espacios
donde la sociedad encuentre el equilibrio entre las condenas cotidianas y los
aplausos a las manifestaciones que hacen crecer el alma de todos.
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