ESTRELLAS
A Faby le gustaba ver las estrellas, una noche
cuando todo estaba oscuro decidió iniciar una nueva observación. Se levantó de
su cama, tomo su telescopio y sin que la escuchara mamá subió las escaleras.
Ya en la azotea Faby se percató que el cielo estaba
nublado a punto de llover, ese domingo había sido así, pero no le importó, el
espíritu aventurero que la caracteriza permaneció intacto.
La primera gota cayó sobre su frente, lo cual al
principio le consternó, no sabía que hacer, estaba dispuesta a ver las
estrellas.
No había más, tenía que tapar el telescopio, las
gotas eran grandes, pero, al levantar la vista al cielo se dio cuenta que no
era agua sino estrellas; una lluvia de estrellas la empapaba.
Faby confundida al principio pero feliz, comenzó a
bailar en medio de aquel torrente de estrellas que la bañaba. Podía verlas,
tocarlas y su sonrisa se iluminaba con aquella luz que esa noche dibujo la
ciudad.
Ahora no importa que tan nublado o despajado esté,
nuestra pequeña y tierna niña tiene la sonrisa mas bella y brillante del
planeta, la sonrisa de una estrella.
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