Es importante el compartir la creatividad a través de las ideas plasmadas en historias, cuentos, relatos y demás formas que aunque parecen extrañas, nos gusta leer.
Historias cotidianas para aburrirse más.
Aquí una entrega.
Historias cotidianas para aburrirse más.
Aquí una entrega.
De pronto se vieron en medio de un conflicto que les había resultado difícil, como todos los problemas a todas las pareja.
Eran casi dos años de altas y bajas en una relación, que en su momento fue estable y solida.
Emilia lo amaba, decía ella que como a nadie había amado, Leonardo estaba seguro de su amor, sin embargo no podía hacerle ver lo mucho que la quería.
El pequeño ya no lo era tanto y estaba siendo descuidado por ambos.
Se alejaron, se acercaron, se alejaron de nueva cuenta, intentaron con cambios de ciudad, con espacios más distantes y con kilómetros de por medio.
Un día Leonardo se dio cuenta de algo, la amaba pero casi siempre le hacia pasar malos ratos, le juraba amor pero no lo demostraba, Emilia paciente esperaba a que las crisis de su hombre se disiparan por el simple hecho de que lo amaba, no era el departamento, no era el pequeño que estaba creciendo, no era el estilo de vida, era amor, química, el agradable olor de su piel y los gestos bien estudiados que tenía de él.
Emilia regreso, lo espero de día, lo espero a la hora de la comida, lo espero con lluvia y al amanecer, nadie ni el mismo Leonardo comprendían lo que Emilia hacia o por qué lo hacia, hasta que por fin él se dio cuenta de que el amor no se acaba, tal vez se transforma y con suerte crece y se fortalece.
Ahora, todos los que leemos estas líneas esperamos que Leonardo haga feliz a Emilia como en los viejos tiempos cuando su creatividad la hacia llegar al cielo.
Una breve narrativa para guardar en el corazón.
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