De
la lectura obligada al retrato de la realidad
Se imagina que afortunadas aquellas personas que pueden o
pudieron sentarse frente a un escritor y charlar sobre su obra.
La lectura obligada en el aula a cualquier nivel, como
exigencia para acreditar una asignatura, como un requisito más en la planeación
de clase a dejado al país sin verdaderos lectores.
No solo es la preferencia de la audiencia por los discursos
audiovisuales de bajo contenido intelectual y en valores, sin tomar estos
términos como selectos o exclusivos de cierto segmento de la sociedad, sino
como elementos indispensables para el desarrollo y crecimiento del ser humano.
No nada más los acontecimientos denominados “cortinas de
humo” son los que distraen nuestra atención y nos alejan de la lectura, dentro
de las mismas instituciones educativas se propicia ese disgusto por leer.
Un docente que no cumple con el perfil para impartir
materias relacionadas con el análisis literario, con la comprensión de textos, la
petición de desarrollar lectura a velocidad y la falta de interés por los
libros (físicos o digitales) en niños y jóvenes hacen que se diluya el habito
de la lectura por convicción.
El pasado lunes 7 de enero se cumplieron 27 años de la
muerte de Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno JUAN RULFO y atinadamente
el Canal 22 transmitió un homenaje titulado “El Realismo mágico de Rulfo”.
En una entrevista realizada por el periodista Enrique Santos
para “El Tiempo” el 16 de diciembre de1966 en la ciudad de Bogotá Colombia, el
autor de Pedro Páramo señaló que “el
escritor tiene la misión conjunta de plantear problemas sociales y de hacer
obra de arte, los problemas sociales –afirma- se pueden plantear de una manera
artística. Es difícil evadir de una obra un problema social, porque surgen
estados conflictivos, que obligan al escritor a desarrollarlo.
Pedro Páramo no tiene origen -dice Rulfo-. Es una de esas cosas que se le ocurren a uno. Producto de la imaginación. Allí utilizo la técnica del contrapunto, porque están rotos el tiempo y el espacio. Es decir, los personajes son todos muertos y los muertos no ocupan lugar en el espacio, ni en el tiempo.”
Pedro Páramo no tiene origen -dice Rulfo-. Es una de esas cosas que se le ocurren a uno. Producto de la imaginación. Allí utilizo la técnica del contrapunto, porque están rotos el tiempo y el espacio. Es decir, los personajes son todos muertos y los muertos no ocupan lugar en el espacio, ni en el tiempo.”
Y
entonces, tenemos a los adolescentes de secundaria, a los jóvenes de prepa y
licenciatura tratando de entender la obra del Maestro Rulfo a través de la
óptica hermenéutica de sus docentes sin siquiera saber si dicho análisis es
correcto o no y según quién.
Desafortunadamente,
y lo plasmo con conocimiento de causa, las nuevas generaciones están cada vez más
alejadas de nombres como el del mexicano homenajeado, la razón insisto, el alto
consumo mediático pero también el débil andamiaje que presentan las
instituciones educativas en materia de fomento a la lectura.
Le
invito a que en este momento haga usted este ejercicio, pregunte a la persona
que está a su lado si identifica alguno de estos nombres, pero tenga cuidado no
le vayan a responder que son nombres de avenidas, bibliotecas y centros
educativos.
Rosario
Castellanos, Octavio Paz, Elías Nandino Vallarta, Jaime Sabines Gutiérrez,
Ramón López Velarde, Juan Rulfo, Carlos Fuentes, Amado Nervo, Ignacio Manuel
Altamirano, Juan José Arreola, José Vasconcelos, Federico Gamboa, José Emilio
Pacheco, Alfonso Reyes, Fernando del Paso, José Gorostiza, Salvador Novo, Elena
Garro entre mucho otros…